Desnúdame

Desnúdame que hace frío,

cúbreme con tus manos.

Hazme una bufanda de besos 

y con tu pelo unos guantes.

Hazme una manta de caricias,

haz del calor el placer.

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Cansancio

Mi cuerpo junto al tuyo no descansa,

es más,

soporta un placentero cansancio

que reclama más cama.

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Fronteras

Hay fronteras en tu cuerpo

que mis manos quieren traspasar.

Otras lindes marca el mío

que son de tu propiedad.

Nuestras manos son viajeras,

exploradoras de placer,

nuestros cuerpos el terreno

que ansiamos conocer.

Cada caricia es un gesto

con el que pedimos permiso

para avanzar en el viaje

que nos lleva al paraíso.

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No te detengas

No te detengas en la cima de mi vientre

que yo no lo haré pues mis ganas no ceden

al obstáculo del miedo causado

por alcanzar lo que tanto he deseado.

Dale rienda suelta a tus placeres

que los míos seguirán tus pasos,

que llegado el punto en el que estamos

nuestros cuerpos culminarán en un orgasmo.

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No dejes mi piel así

No dejes mi piel así,

intacta,

sin que tus dedos hayan recorrido sus sendas,

sin que tu boca haya probado su sal.

No dejes mi piel así, 

fría,

sin haber absorbido tu calor,

si haber sudado con tu roce.

No dejes mi piel así,

desnuda de besos,

hambrienta de caricias,

repleta de deseo.

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Más que piel

Somos más que piel.

Somos puro deseo,

jadeos y caricias,

uñas en la espalda,

besos en el alma.

Somos promesas y libertad,

palabras y acciones.

Somos miradas y sonrisas,

ceguera y tacto.

Somos más que piel

y hasta con piel

somos uno.

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Conquista

Tu cuerpo es el templo

donde reza mi placer,

el mío el arcano

de todo tu erotismo.

Conjugados tu cuerpo y el mío

encontramos el mapa

donde culmina el deseo.

Tú conquistas mi cálido sur,

yo te acojo anhelando tu victoria

para así librar juntos

en el lecho la batalla.

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Nuestros cuerpos

Piel arena,

vello musgo,

lagos de frenesí,

cimas de pasión:

nuestros cuerpos.

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Uñas en la espalda

Uñas en la espalda,

mordiscos en los labios.

Miradas que seducen,

cuerpos que se acoplan.

Sin palabras,

con jadeos.

Sin promesas, 

con deseo.

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Ámame en piel

Quisiera poder escuchar cómo recitas uno de mis poemas sobre mi cuerpo,

adivinar dónde pondrás las pausas

y dónde tus manos marcarán la rima escrita.

Quisiera verte transcribir mi poesía sobre mí poniendo de tus labios cada una de las letras que conforman lo que un día para ti compuse.

Quisiera que me devolvieras todo el conglomerado de sensaciones que plasmé en un papel evocando tu mirada,

tu sonrisa,

tus manos,

tu boca.

Yo te amé en papel.

Ámame tú en piel.

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