Una palabra, una sonrisa,
una mirada, un deseo.
De la puerta de tu cuerpo
las llaves son mis manos.
La ventana de mi alma
la abren tus abrazos.
Nuestros muros son las pieles
que vibran al contacto.
Nuestro techo es el placer
que nosotros sabemos darnos.
Los jadeos nuestro idioma,
del deseo regalado.
Nuestra ropa es el sudor
en el que nos empapamos.
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