¡Qué más quisiera yo que llegar a ti con mis palabras y poder rozarte cuerpo y alma!
¡Qué más quisiera que tener el poder de embrujarte con los versos que sangro!
Hacer de mis heridas tu locura
y de mis cicatrices tu pasión.
¡Qué más quisiera yo que mi cuerpo fuera tu templo y tus manos mi morada!
Quisiera que rezaras tus lujurias sobre mí.
Quisiera poder vivir el deseo en ti.
¡Qué más quisiera yo que hiciéramos todo aquello que nuestras pasiones piden y nuestros silencios intentan ocultar!
Hacer de nuestras cinturas los vestíbulos del placer que culminan en los paraísos de nuestro sur.
Hacer de nuestras bocas catadoras de manjares prohibidos.
Hacer de nuestros cuerpos el idioma del deseo.
¡Qué más quisiera yo!
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